martes, 26 de abril de 2011

Sentimientos limpios


Ahogada por tu ausencia, temerosa de que te hundas, que tu cuerpo no flote en el ancho mar que nos atrae, que una ola te lleve lejos, jamás regreses a la arena, bajo el sol que consigue quemar nuestra piel tan solo con su roce.
Cuando decidas navegar de nuevo, avisa, estaré atenta, pero tal vez mi ceguera no me deje verte, mis oídos sordos no quieran dejarme escucharte...
Juzgarte jamás, los sentimientos de ambos son limpios, claros, no dejan el lugar al resentimiento que hace que nuestras lenguas viperinas hieran sin poder mirar atrás.
Como negarte, como no aceptarte, quiero que sigas, deseo que no desistas, camines en tu rumbo pero cerca de mi camino, te bajes de tu barca, subas a la mía, echemos ancla juntos, dominemos los mares a la vez.
Río o lloro, pero de alegría sin poder mirar atrás, mi pueblo me llama, mi niñez me persigue, soy mujer, soy niña, soy ciudad, soy aquella que tu quieras, soy ya.
Corre cogido de mi mano, no me sueltes al tropezar, se sincero tan solo con tus ojos al lejano mar que nos lleva entre miles de olas, no dejes que nuestra miseria, la de nuestras vidas, de nuestras calles nos llenes de odio jamás, nosotros somos ricos, tu alma, la mía, juntos, solos, en tu país, en el mío, en el ancho mar que llega a mi playa, que nos baña mientras dormimos vacíos, llenos de nosotros, de sentimientos, de necesidad, de ternura, de deseo, amor, cariño, amistad.

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